miércoles, 15 de julio de 2015

Otra vez en la puerta



La selección Argentina fue de menor a mayor en el trascurso de la copa América, y a pesar de tener jugadores de calidad y de las mejores ligas de Europa no la pudo conseguir. Los albicelestes empezaron desplegando su juego frente a Paraguay, donde mostraron que eran un grupo sólido, pero también se notaba que su entrenador, Gerardo Martino, seguían probando variantes aun ya comenzado el torneo, situación que complico al grupo para que este se sienta seguro y cómodo, ya que tenían problemas de tres cuartos de cancha hacia adelante.

Una de las variantes que tenía el tata en el banco, para sobrellevar este problema era Javier Pastore, quien terminaría siendo una pieza fundamental en el equipo, ya que se supo acoplar bien al juego de Lionel Messi  y así acompañarlo para que este juegue más suelto y cómodo.

A partir de la segunda fecha frente a Uruguay, el equipo, ya con un comandante de mitad de cancha para adelante, y con un Messi más suelto, el seleccionado se vio más confiado y férreo en su juego, se vio un equipo que pretendía presionar y moverse en bloque para poder hacer un juego más en conjunto.

Marcos Rojo y  Pablo Zabaleta fueron muy importantes en la terea de moverse en bloque, ya que ellos cumplieron una doble función la de defender y la de acompañar en el ataque por las bandas, este último fue muy importante ya que desde estos jugadores llegaban las chances más claras de gol. Durante la fase de grupos, Argentina supo controlar a sus rivales, no con el juego que se esperaba, pero le alcanzo para poder clasificarse primeros en su grupo.

Ya en los partidos de eliminación se vio a un seleccionado más sólido y seguro con su juego, con un equipo titular ya definido, estaban decididos a ir a buscar los resultados y a controlar los partidos.
En esta fase la selección supo desplegar su juego de la mejor manera, cumpliendo con lo que se esperaba de ella. Este juego lo supo llevar en los dos partidos previos a la fanal ya que en este último partido, los dirigidos por Martino, fueron un equipo sin ideas ni juego, que pudo haber perdido el partido dentro de los noventa minutos, se las arreglaron para llegar a los penales donde gana el que tiene más suerte, y en este caso no fue el seleccionado argentino.

Argentina hizo una muy buena copa América demostrando que esta para cosas importantes, y que llegar a la final de la copa Mundial no fue coincidencia, pero también ha demostrado que muchas de sus figuras no están preparadas para dichas finales.

viernes, 10 de julio de 2015

¡A favor nuestro!



(Por Hurtado Francisco) – El historial entre Argentina y Chile es altamente favorable para la albiceleste, que tiene una gran diferencia frente al país vecino en los 80 encuentros que se enfrentaron oficialmente. Esto va a generar un peso sobre el rival más débil, en este caso la Roja, cuando se crucen el sábado por la final, de la Copa América, a partir de las 17:00hs, en el Estadio Nacional de Santiago.

El próximo 04/07 será el último partido de este certamen internacional, en donde se verán las caras dos técnicos argentinos en dicha final. El conjunto dirigido por Gerardo Martino tiene una estadística que le juega muy a favor frente al seleccionado de Jorge Sampaoli.

Ambas selecciones se enfrentaron en 80 encuentros oficiales, en donde la Argentina ganó en 53 ocasiones, obteniendo 21 empates y nada más que 6 derrotas frente a Chile. Además de esto, los chilenos nunca pudieron levantar la Copa América y tendrán la mayor presión de poder obtenerla, a causa de la localia.

La albiceleste ha participado en 39 ocasiones en dicho campeonato, de las cuales en 14 oportunidades lo ha podido levantar como campeón. Aunque, la última copa obtenida fue en el año 1993, cuando venció a México, en el Estadio de Barcelona (Ecuador), por 2-1 con dos tantos de Gabriel Batistuta. De esta manera, también tendrá una leve presión por ser el favorito en la final y por haber obtenido, el año pasado, el subcampeonato del mundo en Brasil.

La historia en Copa América no es mejor para Chile, ya que en 24 cotejos que enfrentó a la Argentina, nunca pudo vencerla sumando a su historial 18 derrotas y 6 empates. La última vez que se cruzaron por este certamen, fue el 14 de junio de 1997 y los trasandinos se impusieron cómodamente por 2-0, en Cochabamba, Bolivia. 

Por último, un dato no menor, es la no conversión de goles por la Roja frente a la Albiceleste por Copa América, ya que no le puede marcar un gol desde la abundante goleada 6-1, en Buenos Aires, por el Campeonato Sudamericano (como se nombraba antes a dicho certamen) 
1959. En aquella oportunidad, Luis Álvarez había anotado el único tanto en la derrota chilena.

De esta manera, el próximo sábado se estará disputando la gran final de la Copa América, en el Estadio Nacional de Santiago, a partir de las 17:00hs. Con 14 campeonatos en sus palmares, la Argentina buscará obtener el tan anhelado certamen que no gana desde hace 18 años y donde es el segundo más ganador en la historia de la copa, atrás de Uruguay (15 trofeos) e intentará 
igualarlo en dicha competencia.

Conferencia de prensa de Martino


(Por Ailen Ramos) Martino: Argentina jugó "un buen partido" y no está preocupado por la falta de gol del capitán argentino.El entrenador del seleccionado argentino, Gerardo Martino, expresó que jugaron "un buen partido" y rescató "la contundencia" ante Paraguay después 6-1 por semifinales de la Copa América Chile 2015.

"El equipo no tuvo la presión para recuperar la pelota que sí tuvimos con Colombia. Dejamos lanzar y jugar y luego lo corregimos", apuntó Martino en la conferencia de prensa que brindó en el estadio Ester Roa de Concepción. El Tata destacó el buen juego del volante Javier Pastore, autor del segundo gol y creador de las mejores situaciones del equipo en ofensiva.

"Estamos muy contentos porque estos chicos en menos de un año jugarán la segunda final de un torneo importante, que no es la copa del mundo, pero es muy importante. Tendremos que trabajar para ganar el partido ante Chile en la final, pero jugamos un buen partido y está claro que fuimos muy contundentes", manifestó Martino.

El ex entrenador del Barcelona de España, elogió la idea de juego del equipo y su intención de salir jugando por abajo. En este sentido, se asumió como responsable del gol de Paraguay pero advirtió que por intentar tocar desde el fondo se inició el tercer gol de Argentina.

"No nos tenemos que quedar con esto pase lo que pase el día sábado. Vamos a enfrentar a un Chile que está jugó bien, con buenos jugadores y con un proceso de tres años. Hay ideas que no se cambian y Chile no va a cambiar; presionará cuando pueda y retrocederá, nos va a atacar de la misma manera", señaló el DT del seleccionado argentino.

Además, destacó a Di María: "El partido del 'Flaco' fue muy bueno, fue muy claro en el campo de juego, habilitó bien y encontró espacios para llegar al gol que es algo que siempre hablamos con él"

Por último, el "Tata" se refirió a Lionel Messi quien este martes no pudo convertir y lleva tan solo un gol en el certamen: "Si da asistencias que terminan en gol no es problema, es más importante que responda a lo que el partido pida o reclame. No lo veo preocupado, lo veo feliz y sin problemas, no necesita ser el goleador del equipo para ser feliz".

¿Se viene otra goleada?


(Por Pablo Castro) Pensar que hace doce meses estábamos anonadados al ver que nos encontrábamos a solamente un paso de ser campeones del mundo en Brasil 2014. Sabemos que esa final quedó en el olvido y hoy esperamos una especie de revancha en una Copa América que fue ascendiendo a nivel expectativa partido tras partido, ya que al principio la tomábamos como algo no tan importante al compararla todo el tiempo con aquella espina alemana clavada en el corazón. Pero de a poco, al ver a nuestra selección jugar cada vez mejor e ir avanzando paso a paso nos fuimos enchufando hasta encontrarnos de nuevo ante la posibilidad de ganar otro título.

Queda claro que el resultado ante Paraguay fue llamativo y sorpresivo porque parecía que estábamos ante una de las selecciones más duras de américa: Aquel equipo dirigido por Ramón Díaz que se nos plantó de igual a igual en fase de grupos y luego, en cuartos, eliminó a Brasil por penales. No muchos se esperaban un 6 a 1 en el marcador y menos ante uno de los favoritos, como lo era Paraguay.

Cuando parecía que todos los equipos sudamericanos estaban a un mismo nivel y que los partidos iban a ser todos parejos, llegó Argentina. El equipo del Tata. El que arruinó la fiesta festejando de más faltándole el respeto a las especulaciones de varios. Fue una goleada sincera de un encuentro sincero porque la albiceleste fue superior en todo aspecto. Dominó el juego e hizo lo que quiso cuando quiso dejando a los de Ramón esclavos de un partido totalmente argentino. La otra vez, ante Uruguay, nos destacamos  en el juego individual, después, contra Colombia, logramos el juego grupal pero no pudimos definir y el martes frente a Paraguay gozamos del combo nacional que incluyó toques, gambetas y varios goles. Este sábado se viene la final: De un lado estará el anfitrión, Chile, que está más agrandado que nunca y se tiene mucha confianza para dar el batacazo. En el otro estará la selección Argentina, la que al pasar los partidos fue mostrando una cara diferente que de, por el momento permanece tranquila y relajada. Se nos viene un partidazo ¿Se viene otra goleada?

Definitivamente quieren saber todo


La argentina se clasificó a la final mediante una goleada histórica ante Paraguay por 6-1, como  
hace mucho tiempo no se lograba. No por el resultado, sino por argumentos empleados. Una idea 
clara, innegociable e interpretada y apropiada con firmeza por todos los jugadores que componen este plantel.

Cuando dicen que un gesto vale más que mil palabras, sin dudas es verdad. La sonrisa del Tata lo dijo todo. Triunfaron sus ideales. Unos ideales que sus dirigidos volvieron una bandera. Y eso no es fácil de lograr. Premio al mérito para Martino. Dicha esta mención (que creo era necesaria y quizá merecedora de algo más extenso) doy paso al análisis propiamente dicho.

Cuando Ramón Díaz en la previa al encuentro planteó una presión alta (y espero ahora que con el
resultado puesto no se subestime) muchos dudamos de la credibilidad de sus palabras. Pero fue cierto y merece también su reconocimiento. El partido arrancó perdido en el vértigo. Paraguay propuso la imprecisión y el desorden (algo sobre lo que Argentina no entiende), volviéndolo su virtud. Lo incomodo era cómodo para la Albirroja. Por otra parte, se permitía el toqueteo entre los centrales argentinos pero ni bien la selección se acercaba a la mitad del campo, allí comenzaba la fuerte presión paraguaya.

Agrupaba jugadores ni bien un argentino recibía el balón para impedir la elaboración. Aunque vale aclarar también, que ese trabajo exhaustivo dejaba ciertos espacios entre sus propios defensores y allí
Pastore en una primer llegada anunciaba lo que vendría después. Al margen de esto, Paraguay fue el primer equipo en toda la Copa América que impuso las condiciones del partido a la selección nacional. Prueba de eso fue Biglia, quien en medio del caos e impulsado por amarilla de Mascherano, tomó su rol y en medio del nerviosismo planteado se llevó la primer amarilla.

Pero de esa situación que los dirigidos por el riojano plantearon (cortar con faltas cualquier intento de avance argentino, dada su presunta incapacidad en el juego aéreo), Argentina realizó lo impensado. Messi la colocó en el área y Rojo (quien se cambió justo unos segundos antes esos botines que lo llevaron a errar un penal frente a Colombia) con el oficio de un 9 de alma, dominó la pelota y con una eficaz media vuelta puso el 1-0.  

A partir de ahí, los espacios de la defensa paraguaya se profundizaron cada vez más. Quizá no estaba preparada para tal desgaste físico que una presión constante conlleva. Así, Messi materializó esa idea primera del Tata.  Se posicionó delante de la línea de volantes rival (algo que venimos mencionando desde el comienzo de la copa) y filtró un gran pase para Pastore, quien delante de una defensa entregada (objetivo real de la posición de Messi) sacudió el arco de Villar con un remate bárbaro para poner el 2-0 argentino.

Para sumar detalles al desconcierto de Paraguay, tanto su mejor jugador, Derlis González, como su veterano de guerra, Santa Cruz se iban lesionados del campo de juego. En una ráfaga de minutos, la muestra de que todo lo que se planeó en una semana de trabajo puede desmoronarse en un instante. Como diría Panzeri, futbol: dinámica de lo impensado.

Lo que siguió del PT se resumió en dos cuestiones. La primera en “Potrero” (como me gusta llamarle) Pastore y sus mil maneras de volverse Zidane, con total naturalidad. La segunda la esperanza de Ramón Díaz y de todo Paraguay de emular lo hecho en el primer partido de esta copa, tras el gol convertido por Lucas Barrios, quien había entrado hace unos minutos por el lesionado Santa Cruz. La idea de mandar a todos arriba como en aquella oportunidad, parecía volver a salirle al técnico multicampeón con River.

En el ST todo fue mejor. Para la Argentina, claro está. Algo me lo indicó cuando a los segundos de
comenzada la segunda parte, Pastore le tiró un atrevido caño a un paraguayo. Minutos más tarde, una
vez más como durante toda la copa, Messi detrás del Zidane argentino, pase milimétrico para Di María y el 3-1 para arrancar con cierta tranquilidad y soltura ese ST. Al poco tiempo, la paz total. Paraguay
desparramado en el campo y un 10 argentino encendido en pos del equipo, anticipó una pelota dividida, y dejando jugadores en el camino asistió otra vez al 21, para que tras una atajada del arquero, Di María marque su doblete con el arco vacío.

Desde ese momento el partido siguió por mera cuestión burocrática. Un duelo totalmente resuelto a
favor de los de Martino, que sin ningún tipo de piedad continuaron machacando a un equipo que ya no quería estar en el campo. Agüero con un golazo de cabeza, e Higuaín (en la primera que tocó) le
propiciaron una paliza histórica, quizá no merecida. Pero merecedora a su vez la Argentina por todas las situaciones de gol que creó en el transcurso de este certamen. Paraguay indefenso, fue quien lo sufrió.

De esta manera, llegamos a la final. Una nueva final para esta selección la cual, alterando mínimamente las palabras de su líder, ese líder silencioso, ese líder generoso, ese que lleva la cinta y no se aloca por hacerlo, quiere saber todo. Esperemos que en la final, este capitán deje ese silencio y lo transforme en un grito. Un grito de ese bendito gol que no se le da. Un grito (¿Por qué no?) de consagración.