(Por Valeria Vanodio) Partido intenso y con protagonistas que se conocen muy
bien las caras. El clásico rioplatense tuvo momentos donde ambos equipos no
controlaban los nervios y parecía que no iban a terminar los veintidós en
cancha. Argentina fue un poco más y los del Maestro Tabárez pudieron empatarlo.
Una jugada casi de manual entre los “ciudadanos” Zavaleta
y Agüero fue la que le dio el triunfo al conjunto dirigido por el Tata Martino.
De esas que se ven a menudo los domingos temprano en hora local en la Premier
League. Pero la figura del encuentro fue Javier Pastore.
El técnico argentino encontró la solución del ocupante de
ese puesto. El volante del PSG debe estar desde el inicio. Tuvo una noche donde
se sintió cómodo en el campo de juego y eso hizo ordenar el juego y mejorarlo
de mitad de cancha hacia adelante. Algo que, incluso en el anterior partido,
parecía irresoluto.
Por primera vez en mucho tiempo, Argentina obtuvo una
victoria sin la presencia decisiva de Lionel Messi. Esta vez la Selección no
necesitó que el genio frote la lámpara, sino que fue más equilibrada
colectivamente y, con la gran actuación de Pastore, que arrastró la marca de
los uruguayos, el 10 pudo jugar con menor presión. A Argentina le quedan varios
aspectos por mejorar. La seguridad aún en la victoria es una de ellas. Las faltas
innecesarias y peligrosas de los defensores.
La imprecisión de los pases. La frialdad a la hora de
tener la pelota y cerrar el partido. Son cosas que viene arrastrando y que
llevarán trabajo y tiempo corregirlas, pero lo que se vio fue un principio de
funcionamiento correcto.
Por otro lado, Uruguay sabe jugar con la presión del rival, y, de hecho, se siente cómodo con
ese papel. En ningún momento de los noventa minutos se los vio desesperados buscando
el gol., o desprolijos con la pelota. De hecho, en el complemento, tuvo lapsos
en los que puso en aprietos a Argentina, sobre todo en los últimos minutos, ya
que llegaron al área con la pelota en el pie, un poco con criterio, otro tanto
con su reconocido carácter, y se vieron las apariciones –buenas apariciones- de
Sergio Romero.
Cuatro puntos de seis, Jamaica por delante y atrás el
Mundial y el segundo tiempo contra Paraguay. Argentina debe naturalizar que no
siempre va a aparecer la magia de Messi, si bien sus participaciones, escasas o
abundantes, aportan en el juego. Hay buenas noticias para Martino: Argentina puede
ganar sin ser messidependiente.
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