(Por Pablo Castro) Por penales, Argentina derrotó a Colombia
por (5) 0-0 (4). Ahora, los del tata esperan en semifinales por el ganador de
Paraguay - Brasil.
Algunos dirán que tal vez tuvo que entrar antes, durante el
entretiempo o quizás un par de minutos después del inicio del segundo. Pero
eso, hoy a nadie le importa. Porque Carlitos ya la hizo estallar contra unas
redes que a más de uno le hizo acordar a una no tan lejana definición en donde
había unos rivales de naranja, un soldado argentino que daba consejos y un
héroe que atajaba penales. Parece que, después de muchas críticas
negativas, Argentina por fin ganó y gustó.
Los remates desde el punto penal supuestamente se inventaron
para definir un partido disputado por dos equipos que jugaron de la misma forma
sin sacarse ventaja. Pero todos sabemos que realmente no es así. Porque el
Apache metió un gol que hizo justicia de un marcador totalmente injusto.
La albiceleste salió con una idea segura, la de ser
dominantes y llevar siempre el juego colectivo lo más cerca del arco de David
Ospina que lógicamente fue la figura del encuentro al tapar varios pelotazos
imposibles provenientes de los delanteros argentinos que llegaron al Estadio
Sausalito más hambrientos de gol que en los partidos anteriores.
No creo que el tata haya querido inaugurar este sistema
táctico solamente contra Colombia. Si analizamos los partidos anteriores: Tanto
Uruguay, Jamaica, como Paraguay salieron a jugarle a los de Martino apostando a
lo defensivo y esperando, de forma pasiva, la oportunidad de contraatacar.
Estrategia que, al parecer, solamente le funcionó a Ramón cuando iba perdiendo
de mala manera y con dos misiles paraguayos pudo igualar las cosas cerrando un
2 a 2 inolvidable para el pueblo guaraní.
Entonces, si tomamos estos ejemplos, podemos decir que el
gran error de Pekerman fue salir a jugar de igual a igual con su enemigo
y no darse cuenta que de a poco la oleada futbolera de los argentinos los iba
tapando en un mar que desde el principio era controlado por los once del tata.
Por eso quedó a la vista de todos el inesperado manotazo de ahogado que tiró
José al sacarlo a Teo Gutierrez que ni siquiera se había mojado los pies.
Pero es así. Apenas rodó la pelota, el técnico colombiano ya
era consciente de que las cosas estaban complicadas. Queda claro que
las individualidades argentinas resaltan y sirven de mucho a la hora de
enfrentarse con piratas que intentan atacar de igual manera sin armas
suficientes como para hundir el barco de Gerardo. Ahora nos queda mirar el
partido entre Paraguay y Brasil. El ganador será aquel que tendremos que
enfrentar para llegar a la final de esta Copa América que de apoco nos va
gustando cada vez más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario